Llegó la primera boda de la temporada 2018, y jugábamos casi en casa… permitidme el símil futbolístico, pero con esta boda no lo puedo evitar. Castuera es una localidad muy cercana a mi pueblo, y he tenido la suerte de trabajar allí durante un tiempo y también de hacer amigos en esa etapa y con el fútbol. Cuando Jose y Pili me dijeron que querían que fuese su fotógrafo de bodas me alegró un montón, cuando te da esa oportunidad una pareja con la que conectas, todo es más fácil, aunque también está la presión de no defraudar. Jose y Pili, acostumbrados a pasar desapercibidos en el terreno de juego, por esto de ser árbitros, este día pasaban a ser los protagonistas, las estrellas del encuentro. Organizaron una boda preciosa y además los invitados se lo pusieron muy fácil, fue una de estas bodas en las que todo el mundo está dispuesto a llorar, a reir y a disfrutar, y así fue el día… Un cóctail perfecto de emoción y diversión. Para que podáis comprobarlo, os dejo algunas fotografías de su boda, espero que os gusten!